Cronicas de MexiNacho

El fin de semana estuve en Acapulco. Para empezar faltó poco para que no llegara al destino, debí pillar los restos de una tormenta tropical o algo así, el caso es que llovío como si todo el agua del mundo cayese encima del coche que llevaba. Juro que llegó un punto donde no se veía nada, y cuando digo nada quiero decir absolutamente nada. Además en la maravillosa autopista de pago (no quiero ni pensar en como será la libre) los taludes son verticales, de arenisca y gravilla, cuando llueve ruedan abajo piedras y rocas de todos los tamaños. Por si fuera poco hay muchas subidas y bajadas, con lo que se forman autenticos arroyos en los descensos. En esa situación, a veinte por hora y detrás de un todoterreno con luces grandes que iba sorteando los obstaculos, conseguí llegar al destino en solo seis horas cuando el trayecto normal se hace en tres y media.

Acapulco es como Benidorm pero en grande. Caro, totalmente dedicado al turismo y bastante sucio. Uno piensa en quién se quedará todo el dinero que gastan allí los turistas, desde luego no llega a los Acapulqueños...

Sol, mucho sol, playas que si estuvieran cuidadas serían maravillosas, pero que están masificadas y totalmente controladas por tipos que te quieren subir a sus motos de agua, pepinos, paracaídas, etc para sacarte los cuartos.

Se paga por absolutamente todo, por respirar aun no, pero con el tiempo me imagino que pondrán alguna tasa ...
Y señor ... por que le tienen que echar chile a todo, esto lo digo porque una de las cosas que venden por las playas son mangos y otras frutas, cubiertas por chile !!!!!

En fin, una experiencia mas ...